Durante las últimas temporadas se han registrado algunos problemas en el establecimiento del césped de invierno, especialmente en aquellos resembrados con Poa Trivialis. Probablemente, uno de los factores que más ha influenciado en este sentido ha sido la muy baja altura de corte en los períodos de presiembra. Cada vez más se juega en las canchas del Area Metropolitana durante los meses de Enero y Febrero registrándose así una presión extra de parte de los jugadores sobre los Superintendentes para que los greens sean presentados con rodamiento veloz y uniforme.
En general hay poca predisposición por parte de los jugadores a tolerar greens lentos y ásperos y, creo, buena parte de esta exigencia viene del deseo de tener greens con velocidad de campeonato tales como se ve en la televisión. Generalmente esta presión también se manifiesta sobre el Capitán de Cancha y autoridades de la Comisión de Golf quienes a menudo hacen suya esta exigencia en conversaciones con el Superintendente y asesores. Hay una serie de cuestiones que deben ser analizadas con referencia a lo expuesto, algunas de orden agronómico, otras de orden golfístico. La primera de ellas se refiere a la calidad de césped utilizado por nuestras canchas en las carpetas de juego: en la mayoría de las canchas argentinas se juega sobre «bermuda híbrida mejorada», en algunas sobre Tifgreen 328 y en unas pocas sobre Tifdwarf. Quedan, por supuesto, fuera de esta consideración aquellas sobre Agrostis sp.
Lo que dirigentes y Jugadores deberán conocer es que ninguna de las «mejoradas», como tampoco las especies Tifgreen y Tidfwarf están desarrolladas para soportar cortes por debajo de los 4 mm. corrientemente; en realidad solo el Tifdwarf acepta esta altura siendo la del Tifgreen alrededor de 4.5 mm. Los valores indicados representan los mínimos seguros en cuanto a altura de corte persistente. Queda por supuesto, abierta la posibilidad de bajar por cortos períodos dichos mínimos, buscando optimizar la velocidad en algunos torneos de más categoría. Pero aún hay más: la mayoría de los greens, por no decir todos, se encuentran contaminados con Paspalum sp., especie que por su tipo de crecimiento exige un corte bajo; de lo contrario las superficies de juego resultan por demás ásperas.
Al bajar la altura de corte para presentar mejor rodamiento se promueve la competencia del Páspalum sobre la Bermuda incrementándose año tras año la contaminación. Las alturas indicadas, que fueron confirmadas por el Dr. Wayne Hanna de la Universidad de Georgia, Tifton, EE.UU., se refieren además a carpetas en crecimiento sobre topsoil de base arena con drenajes, es decir greens tipo USGA o tipo Sistema Californiano; se puede inferir que la altura de seguridad debería ser más alta aún, al estar implantadas sobre greens de suelo nativo mejorados con la incorporación de arena. El mayor tráfico sobre nuestros greens implica mayor compactación, lo que a su vez lleva a menor aire en el subsuelo (hecho que afecta seriamente el desarrollo de las raíces) y también a menores índices de infiltración y posterior percolación, es decir greens excesivamente húmedos en períodos lluviosos.
El juego sobre esos greens húmedos significa, junto con el paso de máquinas, mayor compactación reiniciando así un círculo vicioso. Las condiciones de compactación, saturación de agua y eliminación del oxígeno del suelo promueve raíces débiles que soportan plantas débiles, las que son más susceptibles a enfermedades, menos resistentes al tráfico y en general más expuestas a las condiciones adversas naturales.
Muchas tareas se desarrollan para mejorar las condiciones físicas del subsuelo tales como aireaciones, arenados, etc. pero lamentablemente, no se comprende en toda su dimensión el factor altura de corte en el complejo manejo de los greens. Conviene puntualizar algunas cuestiones que suceden cuando se corta frecuentemente a alturas por debajo de las específicas para cada especie y variedad: – A menor altura de corte hay menor superficie de hojas para fotosintetizar, menor cantidad de raíces por cm3 de suelo. – Esto lleva a que, a menores alturas de corte las plantas sean más susceptibles a los agentes adversos, incrementando los costos de mantenimiento preventivo y curativo. – La trama del césped comienza a abrirse, cuando sucede tal cosa aparecen alga, musgos y hay una mayor tendencia al enmalezamiento. – Las resiembras comienzan a presentar problemas de implantación y manejo, lo que se traduce en disminuidas condiciones de juego y provocando la impaciencia de los jugadores. Debe indicarse que para una resiembra exitosa los trabajos previos se inician entre 8 y 10 semanas antes de la fecha estimada y que uno de los factores más importantes a tener en cuenta es la elevación gradual del corte para llegar a los 5.5 mm. con aceptable trama en la semana previa. (esa elevación se debería hacer a razón de 0.5 mm./semana). En la búsqueda de velocidad y uniformidad, entonces, se deberá apelar al uso de otras técnicas de manejo no solo la altura de corte.
Por supuesto que las indicadas precedentemente y que se refieren al mejoramiento del subsuelo debieran incrementarse a 3 ó 4 por año, algunas de las cuales con equipos tipo «Vertidrain» o de aireación profunda, reemplazando subsuelo nativo por arena esterilizada; usando con mayor frecuencia otras tareas que también hacen a la velocidad (y en mayor grado de lo que el común de la gente cree) como el manejo de la frecuencia de corte, los cortes dobles, rolado, cortes verticales, uso de groomer y cepillos, arenados, etc. Sin duda que esto, acompañado por seguros programas de fertilización y de aplicación preventiva o curativa de fungicidas así como por prácticas de riego inteligente, que permitan hacerlo con poca frecuencia y mayor intensidad, sin producir encharcamiento de la superficie llevará, seguramente, a velocidades de rodamiento aceptables para el juego de torneos de Clubes y sin afectar las condiciones de crecimiento del césped.
Los Dirigentes deberán explicar a los jugadores que no es solo una baja altura de corte lo que su cancha necesita y que, si programas como el esquematizado se llevan a cabo, habrá posibilidades ciertas de cortar más bajo durante cortos períodos estratégicos para torneos de más importancia en el calendario del Club. Si las exigencias de los jugadores se mantienen en cuanto a greens superveloces para torneos internos o si las condiciones de tráfico de juego lo hacen necesario, cada Institución deberá analizar el cambio de carpeta pasando a variedades que tengan la capacidad para resistir cortes bajos frecuentes sin deprimirse tales como Tifeagle, Floradwarf o Champion, todos materiales nuevos de reciente difusión en los Estados Unidos que aceptan cortes en el orden de los 3 mm. Sin duda que una implantación de estos materiales exige, para dar esos standards de corte, la presencia de suelos base mejorados, como se indicara precedentemente. Así, como resumen final, queda la inquietud que se plantea y cada vez con mayor intensidad, que los Dirigentes a cargo de nuestras canchas comprendan el problema y asistan a los Superintendentes en el manejo de las alturas de corte, las que deben estar adaptadas a la realidad de lo que se tiene y no al espejismo de lo que se ve en televisión o en otras canchas que sí cumplen con los requisitos básicos de estructura física de los subsuelos y el manejo de variedades modernas aptas para corte bajo.