AAG Asociación Argentina de Golf
Como un centinela humeante, el volcán Cotopaxi fue el testigo de una Copa Los Andes con sinsabor para los argentinos. El tercer puesto de los caballeros y la cuarta ubicación de las damas en el Club de Golf Los Cerros hablan de una performance lejos de lo esperado. Colombia, con poco, fue campeón en varones y Paraguay, rozando la hazaña, obtuvo su primer triunfo en mujeres.
El campeonato resultó complicado desde un principio. La poca luz diurna de Quito, sumada al pronóstico meteorológico que anticipaba precipitaciones y tormentas eléctricas para toda la semana, hicieron que el Comité del Campeonato decidiera adoptar la modalidad simplificada contemplada para estos casos. De esta manera, al haber cuatro partidos en juego en vez de cinco, la posibilidad de empates aumentó y, fundamentalmente, dejó a los equipos sin ocasión de contar con un suplente.
Esto lo sufrió el equipo de varones, ya que el jueves uno de los jugadores tuvo que dar W.O. por estar lesionado y se tuvieron que entregar esos puntos. Pese a eso, con las matemáticas ayudando, se llegó con chances al último día, pero un cóctel de resultados adversos sentenciaron las posibilidades de repetir el título logrado en Córdoba el año pasado. Las mujeres, luego de un buen arranque, encararon la jornada final siendo líderes y lucharon hasta el último hoyo, aunque las cosas finalmente no se les dieron. Matías Simaski y Agustina Zeballos fueron los dos mejores jugadores argentinos de este campeonato, dignos de un reconocimiento especial.
En nuestro país, el Rosario Golf Club fue anfitrión del 81º Abierto del Litoral OSDE presentado por 3 Arroyos. Resultó ganador Rafael Gómez, con 268 (-12), aventajando por dos golpes a Julián Etulain. Entre los aficionados, el triunfo fue para Julián Fedele, del Jockey Club de Rosario, y su escolta fue el local Diego Ortiz. De esta manera, Fedele pasó a encabezar el Ranking Argentino de Aficionados AAG. El campeonato, parte de la Serie de Desarrollo del PGA Tour Latinoamérica, tuvo una convocatoria muy buena de jugadores, quienes debieron trabajar duro para doblegar a una exigente cancha, que les dio bastantes dolores de cabeza. De hecho, tanto Gómez como Etulain fueron los únicos en despegarse del lote con sus scores. Destacable esfuerzo de los organizadores y el club anfitrión en un evento que tendrá siempre el honor de haber sido sede de la primera victoria profesional de Roberto De Vicenzo, allá por 1942.
