
USGA Green Section Record, octubre 2020; Por Paul Jacobs. Encontrar y retener mano de obra es uno de los mayores desafíos que enfrentan los superintendentes de campos de golf en la actualidad. Como resultado, muchos clubes se han visto obligados a evaluar su campo de golf y cómo lo mantienen, de manera de que la mano de obra se utilice principalmente en las tareas que proporcionan el mayor impacto positivo en la jugabilidad y la satisfacción general del golfista. En muchos campos, se dedica una cantidad significativa de horas de trabajo al mantenimiento de los bunkers.
Este fue el caso en Totteridge Golf Club en Greensburg, Pensilvania, que contaba con 70 búnkeres, con un total de casi 16 mil metros cuadrados de superficie en su diseño original.
Además del costo significativo de mantener estos bunkers, el superintendente enfrentó algunas decisiones difíciles cuando los bunkers debían ser renovados después de más de 20 años en juego. La arena se había contaminado, lo que provocó una mala jugabilidad y drenaje. Para ajustarse al presupuesto, el trabajo de renovación debía ser realizado por personal propio, pero el tamaño del personal del club se había reducido debido a los recortes presupuestarios y la dificultad para encontrar personal confiable. El superintendente sabía que podía manejar el trabajo de renovación con su personal, pero llevaría mucho tiempo completar los 70 bunkers. Para acelerar el proceso de renovación, reducir los costos de renovación y reducir los recursos necesarios para mantener los bunkers para el juego diario, el Club decidió reducir la cantidad de bunkers en el campo de golf.
Antes de que comenzara cualquier trabajo de construcción, era importante identificar qué búnkeres se iban a retirar. La jugabilidad y la estética se tuvieron en cuenta durante este proceso. Se seleccionaron para su eliminación los búnkeres que estaban dirigidos a jugadores de alto hándicap o aquellos que recibieron poco uso. Los ejemplos incluyen bunkers de fairway que estaban cerca de los sitios de salida y bunkers detrás de los greens.
El proceso de remoción de bunkers involucró remover la arena, quitar el césped alrededor del perímetro del búnker, instalar drenaje donde fuera necesario, renivelar y finalmente empanar el sector. Al nivelar el área después de quitar la arena, el superintendente se aseguró de que el terreno estuviera lo suficientemente nivelado para simplificar el mantenimiento. Esto significaba que las pendientes en las áreas donde fueron retirados los bunkers de fairway fueran lo suficientemente suaves como para permitir el corte con una cortadora autopropulsada de rough. La reducción de las pendientes en estos sectores también fue importante porque era probable que los carritos de golf atravesaran estas zonas luego de retirados los bunkers.
El área total de búnkeres se redujo aproximadamente en un 50%, y las necesidades de mano de obra para su mantenimiento se redujeron en aproximadamente la misma cantidad. A continuación, se describen ejemplos de reducción en las necesidades de mano de obra para el mantenimiento regular:
- El tiempo de rastrillado regular se redujo de ocho a diez horas de trabajo por día a cuatro o cinco horas de trabajo.
- El tiempo dedicado a sacar agua y reparar las paredes luego de una tormenta se redujo de entre 24 a 40 horas de trabajo a solo 12 a 20 horas.
Al reducir el número de bunkers en el campo de golf, los recursos se reasignaron a otras áreas como greens, tees y fairways. Además, el costo de renovar los bunkers se redujo casi a la mitad. Si bien hay un costo para quitar un búnker, es significativamente menor que el costo de renovarlo por completo, y los costos de mantenimiento a largo plazo de esas áreas es mucho menor. Para poner en perspectiva los ahorros de costos de renovación, considere lo siguiente:
- Originalmente había aproximadamente 16 mil metros cuadrados de bunkers. Suponiendo una profundidad de arena promedio de 10 centímetros, los bunkers contenían alrededor de 1,600 metros cúbicos de arena. El costo de la arena varía, pero asumiendo U$S 94 por metro cúbico, la arena para la renovación costaría U$S 150,000. Al reducir el área total de búnkeres a aproximadamente 8 mil metros cuadrados, hay un ahorro de U$S 75,000 solo en arena. (NdelT, los valores corresponden a costos de la arena en los Estados Unidos)
La eliminación de bunkers no solo tuvo un impacto positivo en el mantenimiento del campo, sino también en la experiencia del golf. En general, los golfistas de Totteridge han elogiado los cambios. La eliminación de los bunkers que impactaban a los jugadores de alto hándicap ha resultado en una experiencia más placentera, mientras se mantiene un campo de golf desafiante y estéticamente agradable.
Paul Jacobs es agrónomo de la USGA en la Región Noreste.
Traducción y Adaptación Guillermo Busso y Jorge De Rose.