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Establecimiento del Bentgrass en greens con base de arena

Un programa de fertilización cuidadosamente planificado es indispensable para promover el crecimiento sano y vigoroso del césped.Robert M. Carrow., Ph.D. Universidad de Georgia. Traducido por Nora Ventureira, corregido y extractado por el Ing. Guillermo Busso

Los putting greens con base de arena, construidos según las especificaciones de la United States Golf Association, plantean grandes desafíos para el mantenimiento de una nutrición adecuada durante los dos primeros años luego de la implantación del césped. Las principales razones son la pobre retención y el mínimo contenido de nutrientes, y el alto potencial de lixiviación (infiltración, percolación).

La escasez de nutrientes en la arena

La retención de los nutrientes es el resultado de la capacidad de intercambio catiónico (CIC) que tiene lugar en las fracciones de arcilla y de materia orgánica. Las cargas negativas pueden aparecer en las arcillas durante su formación permitiendo que los iones cargados positivamente (es decir, los cationes tales como el Ca ++) sean atraídos por la arcilla. Esta atracción reduce la lixiviación de los cationes, los cuales son absorbidos por las plantas. La materia orgánica también posee CIC gracias a la disociación de los iones de hidrógeno de ciertos grupos funcionales.

Puesto que la materia orgánica que se agrega a la construcción está generalmente bien descompuesta para lograr las propiedades físicas óptimas, su contenido de nutrientes y la disponibilidad de los mismos para futuras descomposiciones es relativamente bajo. Sin embargo, la materia orgánica bien descompuesta tiene un alto CIC (Capacidad de retener nutrientes).

A medida que el green cumple uno o dos años de antigüedad, la fracción orgánica pasa a estar formada por la materia orgánica original que no se ha descompuesto y por un abastecimiento continuo de materia orgánica fresca proveniente de raíces y de brotes muertos del bentgrass. Estas nuevas fuentes, ricas en nutrientes, pueden descomponerse y liberar a los mismos para ser absorbidos por las plantas.

Puesto que las raíces generalmente crecen hasta una profundidad de entre 15 y 20 cm. a lo largo del perfil, se proveerá una materia orgánica nueva que no sólo agrega nutrientes durante su descomposición sino que además mantiene las propiedades de retención de los mismos, por su CIC. A medida que las raíces se van expandiendo, el nivel de infiltración y percolación disminuye, reduciendo el potencial de lixiviación.

Nitrógeno

El agregado de un portador de nitrógeno orgánico natural a la zona de raíces durante la mezcla de los elementos, o aplicado a la superficie e incorporado hasta una profundidad de 10 a 15 cm., otorgará una buena fuente de nitrógeno que no se lixiviará y que aportará micronutrientes.

Generalmente se utiliza milorganite en una proporción equivalente a 1kg de nitrógeno/100 metros cuadrados (es decir 16,5 kgs material/100 metros cuadrados), pero también pueden utilizarse otros fertilizantes orgánicos. Esto proveerá cierta protección contra las rápidas fluctuaciones de los niveles de nitrógeno durante un par de meses luego de la implantación del césped.

El nitrógeno que se encuentra en un fertilizante inicial que es aplicado en el momento de la siembra de las semillas proporcionará este mineral por un corto período de tiempo luego de la germinación. La cantidad de nitrógeno que se aplica en un fertilizante inicial (por ejemplo 5-20-20) es de 250gr/100 metros cuadrados).

Durante el primer año y medio, luego de las fertilizaciones el césped se ve sano y con un adecuado crecimiento y color. Pero en el lapso de uno a tres días puede comenzar a disminuir el crecimiento y aparecer el color amarillento típico de la deficiencia de nitrógeno. Como contrapartida, cuando un green ha madurado, los síntomas de deficiencia de nitrógeno aparecen mucho más gradualmente en un período que oscila entre una y tres semanas.

Luego de la aplicación del nitrógeno, el césped retoma el color y el crecimiento y el ciclo vuelve a repetirse luego de un tiempo. Inicialmente estos ciclos se suceden con bastante frecuencia (cada uno a tres semanas) pero luego tienden a disminuir a medida que el césped se afianza. Por ende, la mejor forma de controlar el nivel de nitrógeno durante dicho afianzamiento es mediante una observación constante.

Durante los meses de verano, cuando la temperatura del suelo es lo suficientemente alta como para permitir la liberación microbiana de nitrógeno de los fertilizantes orgánicos naturales, es conveniente incluir a los mismos en el plan de fertilización en una proporción de 250 a 300 gr. de nitrógeno/100 metros cuadrados al mes.
Los fertilizantes orgánicos naturales deben utilizarse en al menos la mitad de estas aplicaciones, éstos también aportan micronutrientes.

Durante los dos primeros años se puede aplicar como complemento un fertilizante con micronutriente una o dos veces por año. En algunos sitios también serán necesarias las aplicaciones de hierro y manganeso. Para obtener un mejor color en el bentgrass, se pueden realizar aplicaciones mensuales de hierro foliara a partir de la cuarta semana luego de la germinación.

Con la aplicación de orgánicos naturales en pequeñas cantidades durante el verano, se logra que el nitrógeno de estos compuestos se libere para ser absorbido por las plantas y se ayuda a moderar las amplias fluctuaciones en el crecimiento y color que resultan de las aplicaciones de nitrógeno de liberación rápida.

Los técnicos agrónomos deben evitar las cantidades excesivas de nitrógeno de liberación lenta en cada aplicación. Estas fuentes no deben utilizarse cuando la temperatura del suelo sea inferior a los 13C puesto que no liberarán cantidades apreciables del nutriente. Esto puede dar como resultado la acumulación de nitrógeno de dos o más aplicaciones que pueden liberarse en un período corto de tiempo a fines de la primavera.

La razón principal para el uso de fuentes de nitrógeno orgánicas naturales durante los meses cálidos es que éstos tienden a liberar el nitrógeno de manera más lenta en comparación con las otras fuentes. En el mercado existen varias marcas de fertilizantes nitrogenados de liberación lenta.

No obstante, en los programas se debe incorporar periódicamente un componente de fertilizante orgánico para proveer micronutrientes.
Es posible aplicar fertilizantes de liberación lenta con temperaturas del suelo inferiores a los 13C, pero éstos no deberán depender de la actividad microbiana para la liberación del nitrógeno. Ejemplos de estos fertilizantes son la urea recubierta de sulfuro (SCU), o el IBDU, en la proporción de 125 a 200 gr. de nitrógeno cada 100 metros cuadrados por mes de crecimiento.

Además del nitrógeno de base aplicado mediante el uso de portadores de nitrógeno de liberación lenta, será necesario nitrógeno adicional el cual deberá aplicarse en primera instancia como nitrógeno de liberación rápida. Los portadores que poseen nitrógeno de liberación lenta en poca cantidad (por ejemplo 1/3 o menos) también pueden utilizarse para lograr respuestas rápidas de color y de crecimiento.
Las aplicaciones de nitrógeno de liberación rápida deben realizarse cuando sea necesario para complementar el nitrógeno aplicado por los portadores de nitrógeno de liberación lenta. Tan pronto como aparezcan los síntomas de deficiencia de nitrógeno se deberá proceder a aplicar este nutriente a partir de fertilizantes nitrogenados de liberación rápida.

Fósforo

Puesto que los greens con base de arena tienen un bajo contenido de fósforo, es importante incorporar entre 1,5 a 2 kg de 10-20-20 ó 5-20-20 por cada metro cúbico de mezcla, así como 0,7 kg. de 6-2-0 (Milorganite) antes del establecimiento del césped. Esto debe realizarse mientras se mezclan los materiales para la construcción del green. Si se lo aplica sobre la superficie y se lo hace penetrar con un arado rotativo hasta una profundidad entre 15 a 20 cms., las proporciones serán de 50 kg. de 10-20-20 ó 5-20-20 cada 100 metros cuadrados y 17 kg. de 6-2-0 cada 100 metros cuadrados.

Además, un fertilizante inicial como el 5-20-20 puede aplicarse sobre la superficie en una proporción de 5 kg. de fertilizante cada 100 metros cuadrados en el momento de la siembra de semillas. Estas prácticas asegurarán la presencia de fósforo al principio de la fase de establecimien¬to así como algo de fósforo residual en zonas más profundas para las necesidades a largo plazo. Generalmente los agrónomos agregan poca cantidad o nada de fósforo por temor a la Poa annua. Pero ésta solo tiene ventaja sobre el bentgrass cuando los análisis del suelo indican que hay excedente de fósforo, o cuando las proporciones anuales de fósforo son excesivamente altas. Los greens con base de arena contienen muy poco fósforo nativo, el mismo es esencial puesto que las nuevas plantas tienen un alto requerimiento de este nutriente.

La aplicación de los fertilizantes fosforados en las proporciones sugeridas anteriormente para el período de establecimiento no incrementarán la cantidad de Poa annua sino que ayudarán al arraigo del bentgrass. Se puede presentar una deficiencia de fósforo en los greens de bentgrass luego del establecimiento y no detectarse. Los síntomas incluyen un ritmo de crecimiento de brotes reducido, un color púrpura verdoso oscuro, un reverdecer primaveral lento y eventualmen¬te un crecimiento fino y alargado (spindling) de los brotes. Dichos greens no tendrán una buena respuesta al nitrógeno, hierro o riego adicionales. Inclusive luego del establecimiento , se deben aplicar por lo menos 0,5 a 1 kg. de P2O5 por cada 100 metros cuadrados si los tests del suelo indican falta de fósforo.

Potasio

El potasio se pierde con facilidad debido a la baja capacidad de intercambio catiónico (CIC) de los greens con base de arena. Aún más, se pierden cantidades considerables de este nutriente con cada corte del césped. La deficiencia de potasio trae como consecuencia plantas delgadas, débiles y alargadas; clorosis – especialmente puntas quemadas – y mayor marchitamiento; menor tolerancia al uso, al frío y a las enfermedades; menor ritmo de crecimiento; y menor formación de raíces. El fertilizante agregado a la mezcla, durante la construcción del green, debe contener potasio.

Además, el fertilizante inicial aplicado en el momento de la siembra de semillas debe contener potasio en cantidades suficientes como para tres o cuatro semanas. Luego del establecimiento inicial, se debe aplicar potasio en una proporción de entre 250 a 300 gramos de K20 cada 100 metros cuadrados por mes de crecimiento. Durante el verano es preferible aplicarlo dos veces por mes en una proporción de 125 a 150 gramos de K20 por cada 100 metros cuadrados en lugar de una aplicación mensual puesto que existe un mayor riesgo de quemaduras causadas por fertilizantes en esta estación del año. No se recomiendan las aplicaciones anuales superiores a los 3 a 3,5 kg. de K20 cada 100 metros cuadrados a menos que los análisis del suelo indiquen que la cantidad de potasio es sumamente baja. Esto es aplicable solamente a los greens con base de arena, y no debe tomarse como una recomendación general para el uso de grandes cantidades de potasio sobre otras áreas de césped donde la base es menos arenosa. En éste caso el uso de potasio debe basarse en los análisis del suelo.

La fuente preferida de potasio es el sulfato de potasio puesto que provee sulfuro, otro nutriente esencial utilizado por los céspedes en cantidades apreciables. Las investigaciones indican que para altos rangos de potasio usado en suelos arenosos, los efectos adversos por exceso de potasio ocurren con menor frecuencia cuando se utiliza sulfato de potasio que cuando se utiliza cloruro de potasio. Se ha demostrado que varias de las fuentes de liberación lenta de potasio aumentan el contenido del mismo en los tejidos durante un período superior a los 5 y 6 meses luego de la aplicación comparado con el cloruro de potasio o el sulfato de potasio. Por este motivo, es recomendable utilizar un fertilizante potásico de liberación lenta durante el establecimiento del bentgrass.

Otros macronutrientes

Se ha informado acerca de la deficiencia de sulfuro en los céspedes que crecen sobre suelos arenosos, que tienen bajo contenido de materia orgánica y una gran lixiviación – especialmente Florida, el sur de Tejas y otras áreas del noroeste. Sin embargo, si se siguen las recomendaciones para el uso de potasio utilizando como fuente el sulfato de potasio, se podrá contar con cantidades suficientes de sulfuro. Las deficiencias de calcio y magnesio son poco comunes y cuando ocurren es debido a una alta aplicación de piedra caliza que contiene solamente CaCO3 o al uso de una fuente de agua con un alto grado de calcio o magnesio. Durante el período de establecimiento no debería necesitarse calcio o magnesio complementarios.

Si el suelo es ácido se recomienda el uso de piedra caliza dolomítica. Dicha piedra contiene tanto carbonato de calcio como de magnesio, lo cual incrementará el pH del suelo además de proveer ambos minerales. El agregado de cal dolomita deberá hacerse de acuerdo a los requisitos que surjan de los análisis del suelo.

Micronutrientes

Los céspedes son sumamente eficientes para obtener los nutrientes del suelo. Debido a que los micronutrientes son requeridos en muy pequeñas cantidades, se los puede obtener de casi cualquier material que se agregue a los greens ya que casi todos ellos contienen pequeñas cantidades de micronutrientes – así como de impurezas. Los micronutrientes necesarios son el hierro, el manganeso, zinc, cobre, molibdeno, boro y cloro. En todo el territorio de los Estados Unidos solamente se observaron deficiencias ocasionales de hierro y manganeso en los greens de bentgrass. La deficiencia de hierro se presenta en primera instancia en las regiones áridas y semi-áridas con un nivel de pH superior a 7,5 suelos cálcareos y algunas veces suelos con un alto contenido de fósforo.

Otros factores que pueden causar la falta de hierro son un thatch excesivo y aplicaciones abundantes de manganeso o zinc. Muchos superintendentes utilizan una proporción de 0,5 a 1 kg. de hierro por hectárea por mes en aplicaciones foliares. Esto brinda un mejor color, especialmente durante los períodos frescos y secos. Pero cuando las condiciones climáticas son calurosas, húmedas o secas, la respuesta del color es menor en magnitud y duración – por lo general dura unos pocos días. El esquema y las proporciones para las aplicaciones de hierro mencionados anteriormente pueden utilizarse durante las primeras etapas para brindar un mejor color.

Adicionalmente se puede aplicar un fertilizante con micronutrientes una o dos veces al año durante los dos primeros años siguiendo las proporciones indicadas en las etiquetas. Algunas veces se puede evidenciar la falta de manganeso en los suelos alcalinos (como la arena calcárea) sujetos a una severa lixiviación. Otros factores que pueden estar relacionados con la deficiencia de manganeso son el uso indiscriminado de hierro foliar o un alto contenido de fósforo en el suelo. El área con mayor deficiencia de manganeso es el estado de la Florida u otras regiones húmedas donde las arenas calcáreas estén presentes y el uso de hierro foliar sea algo común. En aquellas raras ocasiones en las que se logre identificar la deficiencia de manganeso, se puede realizar una aplicación foliar mensual de sulfato de manganeso o quelato de manganeso. Se deben evitar las aplicaciones excesivas de fertilizantes con micronutrientes puesto que se pueden dar casos de toxicidades o desequilibrios.

El desequilibrio más frecuente – si bien es poco común – es provocado por niveles altos de hierro, manganeso, cobre o zinc que da como resultado una deficiencia de uno de los otros. El uso de aguas efluentes (recicladas) pueden causar, eventualmente, toxicidades o desequilibrios si contienen niveles altos de uno o más micronutrientes. Los greens ácidos (con un pH inferior a 5,2) y saturados de agua también pueden presentar una toxicidad por manganeso, la cual puede corregirse mediante el uso de cal. El período de afianzamiento de los greens con bentgrass es un desafío. Los niveles de nutrientes son bajos y existe una protección limitada contra los cambios bruscos en la cantidad de los mismos. Los encargados de los greens deben depender de sus conocimien¬tos y de la observación constante del césped. También deben utilizar con mayor frecuencia los fertilizantes nitrogenados de liberación lenta y saber que deberán utilizar mayores cantidades de nitrógeno en los greens en comparación con los greens más maduros.

Y, finalmente, los agrónomos deben reconocer el momento de estabilización de los greens para ajustar rápidamente sus programas de fertiliación a los utilizados sobre los greens maduros y evitar así los problemas causados por el uso excesivo de nitrógeno.

Extractado por el Ing. Guillermo Busso del trabajo del Sr. Robert N. Carrow «Establishing bentgrass on sand-bases greens» en Golf Course Management. Traducido por Nora Ventureira.

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