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Introducción de un nuevo cultivar de Bentgrass

Por PATRICIA SWEENEY, Ph.D. y KARL DANNEBERGER, Ph.D., Department of Horticulture and Crop Science, The Ohio State UniversitySept./Oct. 1998 – USGA Green Section Record

La introducción de un nuevo cultivar de bentgrass a través de intersiembras: ¿funciona?
Parece una buena idea, pero existen pormenores.

El lanzamiento de varios nuevos cultivares de bentgrass los cuales poseen una mayor densidad de brotes, textura más fina, y una mayor tolerancia al estrés ambiental ha llevado a muchos superintendentes a pensar en qué forma podrían introducir estos cultivares nuevos en el bentgrass existente en los greens. La forma más eficaz es a través de una renovación total. La misma consiste en eliminar o retirar el césped presente y restablecerlo con un cultivar nuevo. El punto en contra de este sistema es el requisito de cerrar los greens hasta tanto el césped se haya establecido. Este proceso podría durar varios meses, durante los cuales se perdería la calidad de juego de manera significativa.

Un método alternativo a la renovación total es la práctica denominada intersiembra. En la misma, el cultivar nuevo y deseado se introduce dentro de un stand establecido de bentgrass a lo largo de un período de tiempo. El resultado es una conversión gradual de la superficie existente sobre el putting green de un cultivar viejo a una que contenga un cultivar más joven sin alterar el green.

Muchas de las prácticas utilizadas en la intersiembra son similares o adapta¬das de las prácticas utilizadas para resembrar los greens de bermuda con un césped de clima fresco durante el otoño. Generalmente las prácticas de inter¬siembra consisten en intentar proveer el mejor contacto semilla-suelo posible sin destruir totalmente la superficie de pasto existente. Corte vertical, aireación y el topdressing son utilizados en varias combinaciones en los programas de intersiem¬bra. La intensidad de estas prácticas por lo general no son lo suficientemente severas como para interrumpir o limitar el juego. Las prácticas destinadas a disminuir la competi¬ti¬vi¬dad del césped existente, tales como el uso de reguladores de crecimiento o cortes a alturas inferiores a las habituales, también pueden ser utilizadas.

Luego de la preparación mecánica, el cultivar nuevo es distribuido o sembra¬do dentro del stand establecido. La proporción de semillas, en muchos casos, es mayor a la que normal¬mente se recomienda la siembra. A las pocas semanas de la siembra los superintendentes pueden observar pequeñas plantas germinando. Sin embargo, luego de que el césped halla cubierto el suelo ¿cómo sabemos qué propor¬ción del nuevo cultivar se encuentra presente?

Evaluación de la eficacia de la intersiembra

Observamos la eficacia de uno de los métodos de intersiembra para incorpo¬rar nuevos cultivares de bentgrass en un período de cuatro años. Los greens utilizados en este estudio estaban ubicados en canchas de golf y su pastura era bentgrass Penncross. Los greens tenían poco o nada de thatch en el momento de la intersiembra y estaban totalmente cubiertos por el césped. Durante un período de cuatro años, desde 1994 a 1997, los greens fueron intersembrados una vez con Providence y ProCup, y cuatro veces con G2. El procedimiento de la intersiembra fue similar durante los cuatro años.

Antes de sembrar, los greens se airearon con sacabocados de ½ pulgada o ¼ pulgada y se retiraron los tarugos. Luego se practicó un topdressing e incorporación de la arena. Se aplicaron semillas entre 0,25 y 0,37 libras cada 1.000 pies cuadra¬dos (125 a 185 gr/100 metros cuadrados). Luego se efectuó un corte vertical o cepillado para incorporar la semilla dentro de los agujeros de aireación y del césped. Se efectuó una segunda siembra de 0,25 a 0,37 libras cada 1.000 pies cuadrados. Una vez más se utilizó el corte vertical o cepillado para incorporar la semilla. Inmedia¬tamente los greens fueron regados y fertilizados y se los mantuvo a fin de favorecer el establecimiento de la semilla. Inicialmente se cortaron los greens a una altura de 5/32” (4 mm) sin canastos recolectores. Luego de intersembrar G2, las alturas de corte se redujeron gradual¬mente a 1/8” (3 mm) en un período de seis a ocho semanas.

En noviembre de 1997 tomamos 28 muestras de plantas individuales de un green. Utilizamos marcadores RAPD (Random Amplified Polymorphic DNA), una técnica de marcador molecular muy útil para diferenciar genotipos, a fin de determi¬nar la proporción de cada cultivar sobre el green. Sabíamos que encontraríamos dificulta¬des para determinar la cantidad de los cultivares de bentgrass recientemente introducidos a los greens. Los cultivares de bentgrass son sintéticos, y son una mezcla de genotipos más que un genotipo único. Algunos de los genotipos presentes en los cultivares introducidos pueden encontrarse en el Penncross. Era improbable que encontráramos un marcador RAPD que identificara específicamente a un cultivar como presente en ese cultivar solamente.

Para hacer de este estudio algo más osado, el green en cuestión fue intersem¬brado con tres tipos distintos de cultivares en un período de cuatro años. Lo ideal hubiera sido estudiar el green para tener una muestra base antes de la intersiembra. Esto nos hubiera proporcionado un antes y un después del panorama general del green.

A pesar de los obstáculos, pensamos que igual podemos tener alguna idea de la eficacia de la intersiembra de los nuevos cultivares si pudiéramos identificar un marcador RAPD que prevaleciera en el Penncross pero que fuera poco común en los cultivares de intersiembra. Germinamos plantines de Penncross, Providence, ProCup y G2 y extrajimos el ADN de los plantines. Luego de cuatro meses de los primeros monitoreos, identifica¬mos a una que producía un marcador RAPD en un 75% de los plantines de Penncross y ProCup, pero no así en los de Providence y G2.

Amplificamos el ADN de 28 muestras de plantas individuales del green en cuestión utilizando la primera que identificó Penncross. 18 de 25 (varias muestras tenían una amplificación pobre y fueron descartadas del cálculo) o sea el 73% de las muestras tenían el marcador diferenciable de Penncross. Basados en las probabilida¬des, era factible que las 7 plantas restantes también fueran Penncross. Puesto que el marcador identificatorio no era prevaleciente en Providence o G2, concluimos que dichos cultivares no se encontraban presentes. Si bien no podemos descartar la posibilidad de que una porción de las plantas fueran ProCup, no habían indicios que indicaran que el ProCup tuviera mejores probabilidades de establecerse que el G2 o Providence. Confiamos en nuestra conclusión de que existen pocos, o ninguno de los cultivares de bentgrass recientemente introducidos. Basados en nuestro trabajo en esta cancha de golf, los greens probablemente aún sean de Penncross.

Nuestro estudio evaluó los resultados de uno de los métodos de intersiembra de cultivares nuevos de bentgrass en stands existentes de bentgrass y no podría aplicarse cuando se utilizan otros métodos para mejorar el establecimiento. Además, se justificaría un muestreo más amplio de varios greens de otras canchas de golf que estén probando la intersiembra. Sin embargo, dentro del contexto de la competen¬cia de las plantas, nuestros datos son bastante precisos. De hecho, sería más difícil explicar un cambio de Penncross a uno de los cultivares de bentgrass intersembrado.

La introducción de un cultivar en un stand existente de la misma especie daría como resultado una situación altamente competitiva. Dicha competencia estaría marcada por el hecho de que individuos de la misma especie comparten los mismos requisitos en materia de recursos. En otras palabras, los individuos de los dos cultivares están tan estrechamente relacionados y la diferenciación para lograr las condiciones óptimas de cultivo son tan pequeñas que es muy difícil lograrlo. Puesto que los individuos del cultivar existente son más maduros y ya están estable¬cidos, poseen una clara ventaja para captar recursos tales como la luz, el agua, y los nutrientes con respecto a los otros cultivares. Caso todas, sino todas, las ventajas están del lado del cultivar de bentgrass ya existente.
¿Qué pasa con las nuevas plantas observadas inicialmente luego de la siembra? La germinación de las plantas no depende de su lado competitivo. Las pequeñas plantas, necesitan un mínimo de espacio y humedad (contacto con el suelo) para germinar, luego viven de los nutrientes disponibles en la semilla. No compi¬ten con plantas establecidas para obtener nutrientes, espacio, luz y agua. No se ha investigado la pregunta de si las nuevas plantas compiten una vez que han utilizado toda la energía de la semilla. Nuestros resultados implican que una vez que la planta está encaminada no compiten bien con plantas existentes.

Se han sugerido prácticas que disminuyan el creci¬miento del césped existente antes y después de la siembra, como un camino para favorecer las nuevas plantas. Esta filosofía tiene éxito cuando se intenta favorecer una especie por encima de otra, especialmente en el caso de resembrar un césped de clima cálido con una especie de clima fresco durante el otoño cuando la especie de clima cálido entra en latencia. El césped latente no competi¬rá mucho durante el invierno. ¿Pero, cómo se favorece un tipo de cultivar de bentgrass por encima de otro?¿Cómo pueden competir las plantas de bentgrass que están germinando con un stand de bentgrass establecido? Cortes a alturas inferiores deberían favorecer a los nuevos bentgrass, ¿pero esto le brinda suficiente ventaja a una planta nueva para sacar de competencia a una planta establecida de la misma especie? Nuestros resultados sugieren que no.

Podríamos sugerir que para que la intersiembra tenga éxito, el bentgrass existente debe ser sometido a un estrés severo y se le debería retirar una buena cantidad de su área foliar. Las prácticas tales como un scalping severo pueden reducir la competitividad del bentgrass existente a un nivel que le brinde una oportunidad a los cultivares nuevos. Las prácticas que destruyen la superficie del césped y crean espacios abiertos pueden reducir la competencia del bentgrass existente y permitirle a las nuevas plantas que se desarrollen. Se necesitan llevar adelante nuevos estudios para desarrollar procedimientos efectivos para la intersiem¬bra, pero dados nuestros resultados y los procedimientos de intersiembra actuales, la introducción de un nuevo cultivar se logra mejor a través de la renovación total.

Si la intersiembra fuera exitosa, se necesitará supervisar la propagación del cultivar nuevo dentro del stand existente. En otros sistemas ecológicos, la introduc¬ción de nuevas especies dan como resultado una apariencia de parches lo cual indica que hubo una introducción no uniforme de las especies. ¿Se dará la misma transi¬ción por zonas cuando se introduzca un cultivar dentro de otro? Sugerimos que los greens con parches de varios bentgrass no son deseables y que el mantenimiento de un green con esas características sería muy difícil.

Traducción: Nora Ventureira
Corrección: Guillermo Busso

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