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Los Marshals del Abierto. Parte fundamental del gran evento del año

Ya sea que vistan chombas amarillas, rojas o color salmón, los Marshals son los encargados de mantener el decoro y las normas de conducta apropiadas en el VISA Open.

El público que generalmente asiste al Abierto de la República se caracteriza por su formas respetuosas, adquiridas con los años de jugar y por moverse generalmente en el ambiente del golf. 

Pero existe otro tipo de público que llega al campeonato por primera vez, y que no necesariamente está al tanto de las costumbres y cuidados que deben tenerse a la hora de ser un observador. Los celulares en silencio, respetar los límites impuestos por las sogas y dejar de moverse al momento de que un jugador pegue o haga un putt son conductas básicas en cualquier campeonato de golf y son los Marshals quienes están allí por recordarnos de estas cuestiones.

Son los hombres y mujeres de colores destacados que están diseminados a lo largo de los dieciocho hoyos del campo, con su cartel rojo de alerta y, en algunos casos, con su gesto adusto. Los Marshals contribuyen a que la competencia pueda ser al mismo tiempo el espectáculo que todos queremos.

En el caso del VISA Open de Argentina, es Alberto Lamalfa quien está al mando de una tropa de personas dedicadas a estos cuidados. Con 79 años, Lamalfa cuenta orgulloso sus treinta y dos años de servicio al golf como Marshal y/o Árbitro, en los que desataca que tuvo la suerte de trabajar junto a conocedores del campo como Daniel Vizzolini, Carlos Silva y Sergio Zapata. Es secundado por Héctor Murano que lleva catorce temporadas cumpliendo las mismas tareas. “Mi primer Abierto fue en 1989 en el GC Argentino y desde allí no paré”, admite Lamalfa, que tiene a su cargo aproximadamente a sesenta personas trabajando en el cuidado de las formas.

Entre todas ellas, y a la hora de destacar a las figuras con más presencias, surge la de Alberto Burgos, que el año pasado fue reconocido por la Asociación Argentina de Golf por haber cumplido con sus primeros veinticinco años de Marshal, con 90 años cumplidos. Este año también se hizo presente en Nordelta GC para llevar adelante sus funciones habituales, a pesar del sol y calor que fueron protagonistas en esta edición del VISA Open de Argentina.

Carlos Balduzi, de 67 años, lleva cumplidas veintiún ediciones, mientras que Humberto Compagnucci lleva veinte años contabilizados. Juan Padulo y Antonio Barrera siguen el orden de los más experimentados con dieciocho y trece años respectivamente, y todos ellos son el modelo que siguen las nuevas generaciones de Marshals del Abierto.

“A pesar de que nuestra tarea no es muy simpática, la gente nos respeta y nos hace caso cuando indicamos silencio”, dice Lamalfa, que destaca como tradicionas consagradas la foto de todos los Marshals con el ganador del Abierto y la tradicional competencia post campeonato donde son ellos los protagonistas de la vuelta.

No todo se reduce a la categoría Marshal. Dentro del grupo de personas que bregan por el orden en el campo están los Forecaddies, que tienen la misión especial de seguir el vuelo de las pelotas, por si éstas se pierden en zonas de pastos altos, arboledas o si directamente caen en las lagunas. 

A los Forecaddies se les asignan los hoyos a cubir, no lo grupos de jugadores, y son, en su tarea, fundamentales para la dinámica del juego. “Jorge Revainera  y Miguel Cardozo son nuestros Forecaddies con más experiencia. Ofician desde 2008, seguidos por Eduardo Leonard que cumple sus funciones desde 2010”, destaca Lamalfa, quien también menciona a Jorge Avalos con diez años de experiencia, y a Ricardo Villanueva y Jorge Boveda con un par de años menos de trayectoria.

La tarea de éstos hombres es reconocida mundialmente en el escenario del golf. Son quienes cuidan celosamente por las formas de los espectadores en procura de no desconcentrar a los jugadores. Y son, además, en el caso de nuestro Abierto, parte fundamental de su engranaje.

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