Así como el universo de fungicidas se contrae debido a que la introducción de nuevos productos es más lenta que el rápido reemplazo de los productos antiguos, los superintendentes de canchas de golf necesitan más información acerca de la compatibilidad de pesticidas en el tanque de pulverización. Afortunadamente, si los superintendentes comprenden el principio universal en el mezclado de productos y sus relaciones de fitotoxicidad, ellos podrán introducir cualquier nuevo producto conociendo si estos son solubles o insolubles.
Después del nombre del producto, los fabricantes usan referencias que indican si el producto es soluble o insoluble (ver tabla adjunta). Ejemplos de ese tipo de información son, para productos solubles: solución (S), poder soluble (SP), emulsión (E) y concentración emulsionable (EC); y para insolubles: poder de humectabilidad (WP), fluidez (F) y dispersión en agua (WDG).
Un gran número de pesticidas son insolubles, y antes de que ellos puedan ser utilizados para su aplicación, deben ser fragmentados micrométricamente para que puedan dispersarse en agua. De esta manera, las partículas de los productos solubles tienen en solución un tamaño molecular mil veces inferior al de las partículas micrométricas de los productos insolubles. Ello determina que cuando se pulveriza el césped con una solución de agua-pesticida, el producto se moverá dentro y fuera de la lámina de la hoja con mucha facilidad a través del proceso de osmosis. En otras palabras, tanto las moléculas de agua como las moléculas de pesticidas solubles se mueven con extrema facilidad en las láminas de las hojas a través de los estomas. Pero una alta concentración de pesticida o fertilizante soluble quemará las hojas.
Por otro lado, las partículas micrométricas del pesticida insoluble o de un fertilizante orgánico no migran por osmosis y por lo tanto no quemarán jamás al césped.
Después de haber comprendido este principio universal, se puede concluir que los pesticidas insolubles no son fitotóxicos y que pueden ser aplicados en mezclas en proporciones adecuadas de los mismos. Sin embargo, los pesticidas solubles pueden ser fitotóxicos si son aplicados en proporciones inadecuadas. Si usted está por mezclar pesticidas solubles a las proporciones recomendadas de efectividad, seguramente excederá el factor de seguridad y producirá fitotoxicidad. Debido a ello es que se recomienda usar la mitad de las proporciones recomendadas cuando se mezclan pesticidas solubles en el tanque de pulverización. Un ejemplo clásico es la premezcla de herbicidas que contienen una combinación de 3 herbicidas solubles, 2,4-D, MCPP y dicamba.
Estos productos generalmente contienen 1/3 de libra de 2,4-D, 1/2 libra de MCPP y 1/9 libra de dicamba por acre (370, 560 y 123 gr.de p.a./ha. respectivamente) los cuales representan la aplicación de 1/3 de las proporciones de cada uno si fuesen aplicados por separado. Muchos ejemplos de este concepto existen para pesticidas y fertilizantes.
Mezclas
La mezcla de fungicidas en el tanque de pulverización no es una novedad. Cuarenta y cinco años atrás ya se mezclaba PMAS-thiram. Esta clásica mezcla se ha estado utilizando durante 35 años. PMAS es un fungicida soluble de contacto muy poderoso con propiedades preventivas y curativas, que se aplican a 500 partes por millón. Pero su solubilidad resulta en una desventaja ya que las prácticas normales de riego en dos o tres días lavarán al producto de las láminas de las hojas. Thiram es un fungicida de contacto insoluble que se pulveriza a 10000 partes por millón, y toma por lo menos de 4 a 5 días para ser lavardo de la lámina de las hojas del césped.
Para apreciar el valor y la importancia de los fungicidas de contacto insolubles, los superintendentes de canchas de golf deberían entender primero como funcionan dichos pesticidas.
Primero, ellos no son verdaderamente insolubles, pero para todas las prácticas, nos referimos a ellos como insolubles con solubilidades en agua en el rango de 10 a 100 partes por millón (ppm)- tan bajas que no puede apreciarse como fitotóxicas cuando son pulverizados a dosis muy altas.
La acción de estos fungicidas es preventiva, no curativa. Son aplicados generalmente en altas dosis, y aunque una pequeña cantidad de producto de fungicida insoluble permanezca en las láminas de las hojas, es suficiente para matar las esporas de los hongos. Pero los fungicidas insolubles de contacto no tienen suficiente solubilidad para matar micelios de hongos más maduros. Esta labor es realizada por los productos solubles de contacto.
Fue esta filosofía la que fijó un camino en los años 50. Cada uno de estos fungicidas solubles de contacto tiene un excelente y poderoso poder curativo; pero nunca deberían ser utilizados a dosis superiores a 1 onza por cada 1000 pies cuadrados (30gr./100m2) – debido a que la fitotoxicidad podría ser letal en dosis superiores a esas. Este grupo de productos es eficiente y económico; siendo frecuentemente utilizados en conjunto con insolubles de contacto. Si usted fuera un superintendente en los años 50 y 60, estoy seguro que mezclaría los fungicidas en el tanque de pulverización o usaría productos premezclados para pulverización. Las mezclas fueron siempre uno soluble con uno insoluble de contacto.
En los años 70, tres fungicidas sistémicos fueron introducidos: DuPont´s 1991, Cleary´s 3336 (Cercobin) y Rhone-Poulenc´s 26019 (Rovral). Una o dos onzas por cada 1000 pies cuadrados (30 a 60 gr./100m2) realizan un control de muy amplio espectro por 6 o 7 semanas. En dicho momento pareció que no eran más necesarias las mezclas de fungicidas solubles e insolubles de contacto. Luego cosas extrañas comenzaron a suceder en las canchas de golf. A pesar que las dosis aplicadas eran mayores y los intervalos entre aplicaciones disminuían, todavía seguía apareciendo la enfermedad. De la misma manera que tiempo atrás sucedía con insectos resistentes a los insecticidas comúnmente utilizados.
Afortunadamente, muy buenos fungicidas sistémicos fueron desarrollados a fines de la década del 70 y principios del 80, y la práctica de pesticidas sistémicos alternativos redujo el problema de la resistencia, pero no completamente.
Unos pocos años de experiencia con los nuevos pesticidas sistémicos hizo que volvieran a utilizarse los de contacto, que lejos de convertirse en obsoletos, llenaban un espacio en el control de enfermedades creados por las deficiencias de los sistémicos.
Grupos de fungicidas
A pesar de la impresión que existen muchos fungicidas sistémicos, están limitados a un pequeño número de familias químicas. Factores competitivos llevaron al desarrollo de nuevos materiales, sin embargo, estos productos son el resultado de cambios estructurales de las moléculas dentro de un grupo químico similar. Investigaciones han mostrado que la actividad de los fungicidas de estos grupos es similar, normalmente afectando una función distinta dentro del organismo del hongo.
No sería apropiado mezclar dos fungicidas sistémicos del mismo grupo, a pesar que no hay pruebas que documenten la existencia de sinergismo u otros tipos de relaciones que reduzcan la efectividad de ambos productos. Hay tres grupos de fungicidas sistémicos de amplio espectro de control:
* Benzimidazoles: Cleary´s 3336 (Cercobin), Fungo 50 y Tersan 1991 (Benlate).
* Dicarboximidas: Chipco 26019 (Rovral) y Vorlan
* Inhibidores: Bayleton, Banner y Rubigan
Investigaciones realizadas en Penn State han mostrado que si un hongo es resistente a un miembro de un determinado grupo será resistente a todos los miembros del mismo. Por lo tanto, no es recomendable mezclar fungicidas sistémicos dentro del mismo grupo: Sistémicos de amplio espectro deben ser mezclados entre y no dentro del grupo.
Hay tres sistémicos para Pythium: Subdue (Metalaxil), Banol (Previcur) y Aliette, y cada uno tiene un modelo distinto de acción. Ellos pueden ser mezclados utilizando media dosis de fungicidas en las mezclas. De esta manera no sólo resulta económico y menos contaminante del ambiente, sino que además produce un amplio espectro de acción.
Mezcla de fungicidas
Sabiendo que todos los fungicidas sistémicos son deficientes en el control de alguna enfermedad, es necesario agregar fungicidas de contacto a la mezcla para reparar dicha deficiencia.
El Dr. Bruce Clarke de la Universidad de Rutgers ha realizado trabajos controlando enfermedades de verano con 4 onzas por cada 1000 (120 gr/100m2) de mezcla de inhibidores del esterol, tales como Banner y Bayleton, con 8 onzas por cada 1000 pies cuadrados (240 gr./100m2) de mezcla con benzimidazoles, tales como 3336 o Fungo 50, a intervalos mensuales.
Ellos tienen alta residualidad en el suelo, y a estas dosis dan un mes de protección completa después de cada aplicación.
Tabla 1: Fungicidas para céspedes utilizados en la actualidad.