¿Usted dice que quiere una revolución? ¿Alguna vez ha estado de un humor irritante, listo para frotarse las manos y hacer alguna maldad? No tan sólo un poco de maldad, que quede claro, sino un gran caos, con una C mayúscula igual a la C de controversia. La receta es relativamente simple y cuando se la sigue adecuadamente puede dar comienzo a una guerra civil, enfrentar familias y, si las cosas realmente funcionan, dañar amistades de años. He aquí la fórmula:
Paso 1 asista a la reunión anual del club.
Paso 2 pida la palabra.
Paso 3 sugiera que la cancha se remodele.
No se preocupe por si la moción es aprobada. El debate por sí mismo causará suficiente daño como para satisfacer al más duro de los veteranos de guerra. ¿Por qué? Porque los socios del club tienen a la cancha de golf tan cerca de sus corazones como a sus propios hijos. Y al igual que con un hijo descarriado, el socio promedio aprovechará la oportunidad de tomar medidas correctivas si se le da la ocasión. El problema reside en que, la mayoría de las veces los socios no pueden y no logran ponerse de acuerdo en lo que necesita hacerse. De ahí el debate, la controversia, la guerra civil. No tiene que ser así. Pueden surgir un sinnúmero de cosas buenas de un trabajo concebido adecuadamente y bien ejecutado. Para romper el hielo, ¿qué tal tener greens que drenen correctamente y que estén jugables al día siguiente de una fuerte lluvia? ¿O bunkers que tengan arena constante y jugable? ¿O tiros de approach que estén enmarcados adecuadamente, y que inviten a jugadores de todas las destrezas a poner a prueba su habilidad? ¿O tees que estén nivelados y que apunten en la dirección correcta? Usted puede tener todo esto y más. El único truco es obtener la aprobación de los socios y hacer bien el trabajo. Los temas relacionados con el remodelado de la cancha son tantos como complejos.
Todos hemos escuchado las historias de terror al igual que los gruñidos que las acompañan «Dijeron que tardarían nueve meses pero les llevó dos años y nuestros greens están tan llenos de montículos como la espalda de un cocodrilo.» «¿Por qué pusieron ese bunker?» «¿Por qué sacaron ese bunker?» «¿Por qué hicieron tanto lío?» «¿Por qué costó tanto?» «¿Han escuchado suficiente?» Bueno, relájense. Estas son las preguntas fáciles, amigos. Si bien escuchamos historias de horror y muchas veces debemos enfrentar preguntas difíciles, no solemos escuchar comentarios acerca de los trabajos que fueron bien realizados. Usted sabe, esos cuentos de aunque usted no lo crea sobre trabajos de construcción que se realizan antes del tiempo estipulado y dentro del presupuesto establecido. Sí, ha sucedido. Y puede pasarle a usted si encara el tema adecuadamente y se prepara en consecuencia. En Lake Merced Golf and Country Club en Daly City, California, se llevó a cabo un trabajo completo de remodelación sin problemas, con muchos mejores logros que los que los propios auspiciantes del proyecto podían imaginar. La construcción en sí en Lake Merced necesitó de aproximadamente 90 días.
El paquete financiero fue tal que todo miembro pudo costear el asesoramiento. Y al final, una buena cancha de golf fue transformada en una cancha extraordinaria. Para cuando el proyecto estuvo completo en dos terceras partes los golfistas que habían votado en contra del proyecto se convirtieron en fanáticos del mismo. El trabajo correcto Pero todo esto lleva al tema más importante. ¿Cómo se logra esto? Para comenzar, sea realista. Lake Merced no fue remodelada por capricho. No fue el caso de un socio o un grupo de golfistas que querían cambiar la cancha para adaptarla a su gusto. Muy por el contrario, la remodelación de Lake Merced nació debido a un serio problema en el suelo de los greens así como a un pobre drenaje en y alrededor de los mismos. Una vez que el club investigó el problema y decidió corregirlo, los socios conocedores del tema se dieron cuenta que la economía en escala indicaba que deberían tomar ventaja de la oportunidad única para reparar otros problemas que, si bien no eran tan serios como la condición de estructura y drenaje radicular, llevaban tiempo exigiendo un mejoramiento.
En resumen, el club se enfrentaba a una crisis agronómica y decidió solucionarla de una manera más amplia. Y lo hicieron dentro del presupuesto estipulado. Y en el tiempo estipulado. La fórmula utilizada en Lake Merced es un ejemplo textual de cómo realizar el trabajo correctamente. Al repasar la historia de la remodelación de Lake Merced podemos aprender varias reglas que deben guiar a cualquier cancha de golf que se enfrenta a un problema similar o que contempla un trabajo parecido. Análisis en vez de parálisis Un punto que hay que dejar en claro desde el primer momento es que muchas canchas buenas o excelentes y muchas promedio también tienen problemas agronómicos serios. No porque haya algo malo inherentemente al diseño o porque haya habido una falla en el mantenimiento. El hecho simple y llano es que las canchas de golf cambian con el tiempo. Todos los días hay crecimiento y muerte; los árboles mueren, las raíces molestan a los greens cercanos, caen partes de los mismos, los hongos se cuantifican, el suelo viejo se compacta. Enfrentémoslo, nada es eterno e incluso las canchas de golf necesitan un retoque de tanto en tanto. De modo que la primera regla es estar siempre al tanto del perfil de su cancha de golf. Existen varias formas de lograr esto, pero tal vez la más económica y eficiente es la de solicitar asesoramiento al TAS Turfgrass Advisory Service de la USGA (En nuestro país la Comisión de Canchas de la AAG). Bajo este programa los agrónomos de la USGA visitan su cancha y le aconsejan acerca del estado y necesidades de la superficie de juego. En el caso de Lake Merced, fue tiempo y dinero bien invertido.
Allí conocimos los problemas de la estructura radicular mientras preparamos la cancha para el U.S. Junior Amateur de 1990. «Cuando la USGA caló los greens y nos mostró las muestras de césped, nos confirmó lo que yo había estado diciendo por algún tiempo» comenta el superintendente Lou Tonelli. «Teníamos un «black layer» o «capa negra» debajo de la superficie. Ninguno de nuestros socios podía verla y muchos de ellos creían que todo estaba bajo control porque podíamos arreglárnosla para lograr superficies de greens buenas a través del uso de fertilizantes adecuados y una gran cantidad de trabajo en horas extras. Pero nuestros greens se habían vuelto drogadictos y no podrían subsistir por mucho tiempo si seguían dependiendo de los químicos para su supervivencia.» ¿Cuál era el causante del problema? «Nuestra cancha fue construida originalmente a principio de la década del 20. Era muy buena pero hubo que reconstruirla a mediados de los 60» comentaba Tonelli. «El trabajo debía realizarse porque se construyó una ruta interestatal en el corazón y alma del diseño original.
En ese entonces se reconstruyeron los greens utilizando tierra negra sobre los drenajes. Era una fórmula que invitaba al desastre y éste nos golpeó al cabo de 30 años». «La tierra se compactó y atrapó el agua antes de que llegara a los drenajes. Teníamos agua estancada por debajo de la superficie y cualquiera con algo de cerebro sabe que no se puede sembrar pasto en agua estancada. Nuestra estructura radicular tenía solamente media pulgada de profundidad. Para profundizar más el problema, teníamos que combatir nematodes. Con una estructura radicular poco profunda, era cuestión de tiempo para que la enfermedad ganara la batalla y acabara con el pasto. Nuestros greens eran casi indefensos. Teníamos que hacer algo o correríamos el riesgo de perderlos.» Al haberse realizado el diagnóstico sobre las condiciones de los greens y juntado la evidencia, se procedió a informar a los dirigentes del club acerca de la gravedad del problema. Ese proceso tomó alrededor de dos años. El Comité de cancha de Lake Merced se informó acerca de lo que se necesitaba y comenzó a informar a los miembros de la Comisión Directiva y a los demás socios. Al cabo de cinco años de haberse detectado el problema, muchos pero no suficientes socios del club estaban al tanto de la existencia de una capa negra problemática y la necesidad de corregir las condiciones que la causaban.
Fue ahí cuando las cosas se tornaron impredecibles. Se realizó una propuesta para remodelar la cancha y solucionar el problema. Se llevaron a cabo reuniones y debates; ningún socio del club podía entrar al bar del clubhouse a tomar algo sin que se lo enfrentara a las preguntas: ¿Realmente necesitaremos realizar el trabajo? ¿Cuánto costará? ¿Quién lo va a realizar? ¿Cuánto tiempo tardará? ¿Cómo se verá el producto terminado? La controversia creada por el tema de la remodelación les dio una pausa a todos, particularmente a los más fervientes fomentadores del proyecto; pronto se dieron cuenta de que si el tema se sometía a votación, perderían, y por amplia mayoría. Sabiamente tomaron distancia y se reagruparon. Sin embargo en ese traspié inicial los fomentadores aprendieron una valiosa lección; asegúrense de que cada socio del club esté informado antes de someter el tema a debate.
Haga su deber y presente un paquete completo a los socios El Comité de canchas y la Comisión Directiva volvieron a la carga e hicieron algunos deberes. «Si de algo nos dimos cuenta,» comenta el Dr. Merton Goode, quien era uno de los miembros de la Comisión Directiva que apoyaba activamente el proyecto de remodelación, «era de que el total de los socios simplemente no entendía que este trabajo no era un capricho. Era algo que teníamos que hacer decididamente para salvar nuestra cancha de golf. Presentamos el caso y entonces obtuvimos fácilmente el apoyo de todos los socios. Los hechos realmente nos unieron.» Una de las técnicas que el Dr. Goode y su pequeño comité utilizaron fue la de encarar a todos los socios del club y organizar pequeñas reuniones donde eran llevados a la cancha, se les enseñaba muestras del suelo y se les explicaba el problema en términos simples. Los socios aprendieron que con un mejor drenaje la cancha podía estar jugable luego de una fuerte tormenta como contracara de tener que esperar una semana o más hasta que se secaran los greens. Otros también se dieron cuenta que un mejor drenaje permitiría bajar los gastos de mantenimiento. «Sabíamos que el tema no se relacionaba con nosotros,» decía Stan Friedman, presidente del club. «Se trataba de nuestros hijos y nietos. Si bien restauramos una fachada antigua y un sentimiento hacia nuestra cancha de golf, lo que realmente hicimos fue construir para que las futuras generaciones pudieran disfrutar del predio.» Cuando llegó el momento de realizar una nueva votación, se expuso ante los socios expectantes un plan completo.
Se arregló una financiación con disponibilidad de distintos paquetes; si los socios querían pagar el gravamen al contado, podían hacerlo, pero también podían pagarlo en varias cuotas. Si un socio se retiraba del club antes de completar el pago (o antes de que el trabajo estuviera terminado en el caso de un socio que pagó al contado al principio), podría recibir un reembolso prorrateado por su pago. En pocas palabras, el tema dinero fue removido del debate. El único tema que quedaba por resolver era si debería hacerse el trabajo. El juego mientras tanto Nuestro superintendente y su equipo construyó una cancha dentro de la cancha para que los socios, especialmente los de mayor edad, pudieran jugar una cancha ejecutiva mientras se realizaban los trabajos de reconstrucción. Estos arreglos funcionaron de maravillas, ya que ninguno dejó de disfrutar su partido semanal. De hecho, los greens provisorios eran de tal calidad que cuando el superintendente Lou Tonelli los aireó, muchos socios le preguntaron, en broma, por qué no había cortado greens provisorios para los provisorios. Este fue el máximo cumplido. Economías de escala A medida que el plan fue tomando forma, consistió originalmente de remodelar todos los 18 greens y cada bunker de la cancha. Si bien en un principio se consideró dividir el trabajo y remodelar 6 hoyos por vez, el club rápidamente optó por jugarse a hacer los 18 hoyos a la vez. «Queríamos putting greens uniformes,» recalcó el Dr. Goode. «La única forma de lograrlo era remodelándolos todos a la vez.» Pronto el club se dio cuenta de algo más. Era posible incorporar varios trabajos adicionales al programa a costos marginales. Por ejemplo, se tomó la decisión de renivelar todos los tees y elevar la mayoría de ellos para tener mejor visibilidad.
Además, se realizaron varias mejoras al sistema de riego, incluyendo la instalación de controles por computadora para cada regador y la instalación de regadores especiales alrededor del green para asegurar un riego adecuado. «Si hubiéramos realizado este trabajo en otra oportunidad,» expresaba el Dr. Goode, «nos habría costado diez veces más de lo que terminamos pagando y hubiéramos tenido que romper nuevamente la cancha para llevarlo a cabo. De hecho, logramos tres trabajos en uno.» ¿Cuánto tiempo llevó? En Lake Merced, el primer corte de tierra se llevó a cabo el 6 de agosto de 1996 y el último fue el 24 de noviembre de 1996, justo antes del día de Acción de Gracias. Fueron 110 días, pero el total requiere un poco de análisis. El objetivo principal de greens y bunkers nuevos necesitó solamente 78 días. El tiempo extra fue asignado a la renivelación completa de cuatro fairways, la reconstrucción de los 18 tees (cuatro plataformas por hoyo) y trabajos diversos en el sistema de riego. El mensaje final es que los socios obtuvieron una cancha nueva en alrededor de tres meses y medio. Hubo algo de lluvia hacia el final del trabajo que hizo que dedicáramos una semana a limpieza. «El trabajo se terminó antes de la temporada de lluvia,» comenta el Dr. Goode,» y el aspecto más sobrecogedor al comenzar el invierno fue que nuestros nuevos greens se encontraban totalmente secos al día siguiente de haber recibido una gran cantidad de agua.» Para cuando el invierno llegó realmente al lugar, las áreas sembradas ya estaban cubiertas con el nuevo pasto y las raíces estaban afianzadas para evitar que se las llevara el agua y los panes estaban casi totalmente entrelazados. Debido al mejor drenaje, no quedó agua en ninguno de los greens o bunkers. «Calamos algunos de los nuevos greens 30 días después de sembrados,» explicó el superintendente Tonelli, «y pudimos observar una estructura radicular de 4 pulgadas.
Eso significa que en el primer mes obtuvimos raíces que eran ocho veces más profundas que las raíces de los greens viejos que habían estado allí por 30 años. Era la mejor aseveración que podíamos esperar.» Para mantener superficies de greens de la más alta calidad, el club solicitó a los jugadores que utilizaran clavos de plástico en sus zapatos de golf. Decía Goode, «Los zapatos sin clavos (spikeless) son el futuro. Aquellos de nosotros que los hemos probado sabemos que proveen suficiente tracción y que al mismo tiempo nos permiten tener greens sin marcas de clavos. Al tomar esta medida, también podremos abrir nuestra cancha lo antes posible sabiendo que no estamos destruyendo el trabajo que tantas manos talentosas ayudaron a construir.» La cancha nueva toma forma Una de las cosas que impresionó a todos los socios fue cuán rápido creció el pasto. «Muchos de nosotros no tenía idea de lo rápido que germinaba la semilla,» opinaba el profesional del club Jay McDaniel, «sembramos nuestro tercer green a principios de septiembre y podríamos haber jugado sobre él un mes más tarde. Una vez que los socios observaron ese tipo de progreso el grado de excitación creció de golpe.» Por supuesto que los tees y los greens estuvieron cerrados para el juego normal por aproximadamente siete meses a partir de la finalización de su construcción (diez meses en total). Cuando el club volvió a abrir, en junio del 97, los socios caminaron alegremente por los fairways de una cancha de campeonato con greens de la calidad de un US Open. «Para muchos de nosotros,» expresa Paul Leiber, el actual presidente 19971998 de Lake Merced, «esto ha sido como el nacimiento de un hijo. Hemos visto como la cancha tomaba forma frente a nuestros ojos.»
Conseguir la gente adecuada para que realice el trabajo Si bien algunos pueden cuestionar el tiempo y dinero que se invierten en la remodelación de una cancha de golf (¿Por qué no la construyeron adecuadamente desde el principio?!), existe una simple respuesta a las críticas. La construcción y el diseño de una cancha de golf de calidad lleva tiempo, requiere esfuerzo, cuesta dinero y luego de varios años, puede necesitar mejoras. Lo más importante es que cuando la Madre Naturaleza señala un problema específico, como lo hizo en Lake Merced, el club tome las medidas necesarias para su solución. Cuando se aborda un trabajo de remodelación se debe buscar un arquitecto y una empresa constructora que estén en el negocio y que amen lo que hacen para que el trabajo resulte bien hecho. Porque si la secuencia apropiada de elementos está bien ubicada, si el trabajo es realizado correctamente y con un toque artístico, tiene muchas posibilidades de crear algo tan mágico y con la calidad de la música de alto nivel. De hecho, como lo entiende cada verdadero golfista, cuando un hoyo se construye bien, tiene pulso, compás, tempo un ritmo general que hace bailar el corazón del jugador. En Lake Merced no sólo escuchamos y sentimos la música también podemos verla. Nuestros 18 hoyos harán bailar los corazones de las futuras generaciones.
LOS DIEZ MANDAMIENTOS I. Buscarás análisis objetivos Si realmente quiere saber cómo está ubicado en relación a la condición de su cancha de golf, convoque a un asesor objetivo y ajeno al club, tal como el Servicio de Asesoramiento Sobre Césped de la USGA, a pasar un día en sus instalaciones. Las consultas a expertos conocedores y objetivos le evitarán meses de investigaciones y le evitarán improvisaciones. Armese con los hechos antes de seguir adelante. El tema clave es: ¿Necesitamos hacer algo, y de ser así, qué? II. Educarás a los comités Asegúrese de que el Comité de Cancha participe de todas las reuniones con profesionales de afuera. Ellos no pueden realizar su trabajo sin conocer el estado de la cancha y cómo atacar los problemas que se han diagnosticado. III. Educarás a los golfistas La remodelación de la cancha puede ser un tema emocional, y puede llevar tiempo hacer que los golfistas se den cuenta realmente de los problemas que se han diagnosticado. Vaya lentamente, ponga atención a las distintas preocupaciones de los socios y sea lo suficientemente sensible al hecho de que muchos jugadores al principio no pueden apreciar la gravedad del problema. Déles tiempo. Vaya de golfista en golfista, charlando con ellos de manera individual o en pequeños grupos. IV. Desarrollarás un plan y lo seguirás Si los datos apoyan algún tipo de remodelación o renovación, no ignore el problema y, de igual modo, no se apresure a vociferar, «¡Remodelemos!». Decida qué es lo que se necesita, desarrolle un plan realista para lograr objetivos específicos y haga todo intento por financiar la obra sin que el precio sea el tema principal. Antes de acordar un plan, conozca el alcance del trabajo, el costo final y el lapso de tiempo realista. V. Conocerás la economía de escala Recuerde que puede ser más eficiente realizar todo el trabajo necesario de una vez en lugar de dividirlo en varios años. Una cancha puede alcanzar ahorros importantes teniendo un solo equipo de trabajo y un único traslado de equipamiento. También se puede ahorrar mucho más comprando a granel todo lo necesario para realizar el trabajo. Si existen trabajos relacionados con el que se debe realizar en la cancha (mejoras del sistema de regadores, nuevas tuberías para el riego, etc.) considere realizarlo al mismo tiempo para disminuir las molestias a los golfistas. Lo único peor a romper la cancha de golf es tener que romperla más de una vez. VI. Elegirás un equipo de trabajo coherente para que lleve a cabo la obra y a un pequeño comité para que lo supervise Haga todo lo posible por tener un equipo coherente al mando. Si el arquitecto que usted seleccione tiene un contratista preferido, tome su recomendación seriamente. El precio puede constituir un factor en este punto, pero considere que tener un equipo que trabaje armónicamente en lugar de uno que esté en constante fricción probablemente le ahorre dinero a la larga y, más importante aún, le produzca un producto final superior. Además, designe un pequeño comité para que supervise el proyecto. Ninguna orquesta tocó una sinfonía con múltiples directores agitando la batuta al mismo tiempo, y ningún proyecto de remodelación tuvo éxito con un séquito de arquitectos apoltronados «supervisando» al verdadero arquitecto. Utilice al comité como un punto de enlace entre el arquitecto, contratista y los golfistas. Si bien las opiniones de golfistas expertos acerca de las condiciones de juego y cambios potenciales en el diseño de la cancha pueden ser útiles, deben filtrarse por el comité en lugar de tener al arquitecto y al contratista sitiados por las opiniones de los golfistas durante la realización del trabajo. VII. Respetarás a la Madre Naturaleza Tenga en cuenta que las estaciones cambian y también lo hace el clima. El invierno no es buen momento para construcciones importante (la lluvia es una mala palabra para los contratistas de canchas de golf). Cualquiera que piense resembrar debe darle al pasto el tiempo suficiente para crecer y asentarse antes de que comiencen las lluvias. Si bien nadie puede predecir el tiempo, una planificación detallada puede permitir que el trabajo se lleve a cabo durante la primavera, verano u otoño durante un período seco y una buena estación de crecimiento cuando el movimiento de tierra puede realizarse con facilidad y eficacia y el pasto esté firme antes de que lleguen los problemas (en forma de lluvia). Si bien esto implica interrumpir la época con más movimiento de la cancha y el trabajo de remodelación puede crear menores ingresos, a la larga será ventajoso contar con nuevos fairways, bunkers y greens cuyas raíces estén asentadas para cuando lleguen las lluvias. VIII. Serás razonable con respecto a las dificultades del trabajo Comprenda que pueden surgir eventualidades impredecibles. El contratista puede encontrarse con mal tiempo, tuberías de servicios sin marcar, etc. Haga todo lo posible por anticipar estos temas y haga que se marquen los servicios subterráneos antes de tiempo, pero tenga en cuenta que lo inesperado puede y suele suceder. Ningún trabajo es perfecto, pero cuanto más razonable sea la gente acerca de querer el trabajo terminado, mejor para todos. IX. Mantendrás informados a vuestros golfistas En la mayoría de las canchas, incluso hasta los pesimistas terminan apoyando el proyecto. La clave para lograr un cambio de actitud es informando a todos, incluyendo a los dubitativos, y manteniéndolos al tanto a medida que se avanza en la obra. Lleve a los golfistas a tours por la cancha y muéstreles el trabajo en curso, explicándoles como se están construyendo los greens y como se está instalando el nuevo sistema de drenaje de greens y bunkers por debajo de los mismos. Podrán ver por sí mismos lo sustancial de la reforma y la eficiencia del contratista. Un consejo válido: de ser posible, haga que el contratista termine primero las obras que puedan apreciarse desde el comedor, para que los visitantes puedan ver el progreso más que estar permanentemente expuestos a tierra arada. Y tome nota: asegúrese de que los golfistas sepan que tienen que esperar una vez que el trabajo finalice; tal vez los greens estén lentos al principio o tal vez la pelota quede mal asentada en los bunkers. X. Deberás hacer arreglos para que los golfistas puedan jugar durante la construcción Uno de los problemas más grandes es el de asegurarse de que los golfistas puedan jugar al golf mientras que se lleva a cabo el trabajo de remodelación. Esto puede realizarse logrando acuerdos con canchas vecinas o construyendo greens o tees provisorios de primera clase dentro de la cancha existente. Nota: El tema de proveer acceso a la cancha es especialmente importante para los golfistas mayores, quienes pueden sentir que se les está sacando la cancha durante sus últimos años de aptitud física para jugar. Además de recordarles que sus sacrificios actuales serán aprovechados por sus nietos, los ayudará a acomodar sus necesidades de modo que no sólo podrán apreciar la construcción del futuro, sino que podrán jugar en ella al mismo tiempo.
Traducción: Sra. Nora Ventureira de Otoya
Corrección: Ing. Guillermo Busso