Gustavo Dip, socio de Sierra de los Padres GC y colaborador asiduo de la Comisión de Reglas de la AAG, viajó a los últimos Juegos Olímpicos para disfrutar del conclave deportivo más importante. Y no lo hizo en calidad de espectador o turista. Lo hizo como Voluntario.
De esta manera, disfrutó de ver jugar a los mejores golfistas del mundo en un escenario que resulta atípico para nuestro deporte. El, junto a 413 colaboradores afectados a Le Golf National, fueron parte sustancial en el éxito del golf en el cronograma de Paris 2024.
“Del equipo total voluntarios en el campo, 264 cumplieron tareas en la cancha como Marshals, 92 lo hicieron en el área de scoring y cronometraje, 28 en zonas asignadas a entrenamiento, 16 fueron ubicados en tareas de logística y transporte y, finalmente, 14 voluntarios estuvieron al servicios a los atletas”, destaca Dip, que esta vez no se perdió la chance de estar presente después de no haberlo podido hacer en la edición anterior de los Juegos.
Además de los mencionados, otros 400 voluntarios cumplieron tareas dentro de la sede, en oficinas, asistencia a los espectadores, medición de distancias para la empresa responsable de cargar la información a las pantallas en el campo de juego y al sitio de la IGF.
“Yo formé parte del equipo de Marshals. Lo hice durante los ocho días de competición en el hoyo 14, junto a otros dieciséis voluntarios y un Capitán de equipo, todos franceses”, aclara Dip, y continúa, “Cada día, la tarea se repartía de manera diferente: en el sitio de salida, indicando la dirección de la bola cuando los jugadores pegaban; en el sector del hoyo donde podía caer el golpe de salida y el segundo golpe; en el green o en los sectores de transición de los jugadores del hoyo 13 al 14, o del 14 al 15”.
Entre todas las tareas de ese rango, Dip afirma que las posiciones más activas fueron aquellas en las que se señalaban el lugar donde podía caer la pelota, “ya que el rough era muy espeso, incluso desde el primer corte. Hubo varias ocasiones, incluso, en las que la búsqueda estuvo a punto de exceder los tres minutos reglamentarios”, y añade, “en lo personal, el balance es altamente positivo. El ambiente de camaradería fue increíble de principio a fin, tanto entre los voluntarios, como con los jugadores y el público”.
Todo el mundo pudo apreciar la emoción de Scottie Scheffler y de Lidia Ko, como así también de quienes se adjudicaron los Medallas de Plata y Bronce, pero las visibles sensaciones de los vencedores no dejó lugar a dudas sobre el significado de los Juegos. “El marco de Le Gol National en la definición por las Medallas el último día de cada competición fue imponente y emocionante, y lo fue aún más por las lagrimas de Scheffler y Ko, dos jugadores que están acostumbrados a ganar cosas importantes y que en este caso se vieron invadidos por la emoción. Creo que representar a sus países excedió largamente los motivos económicos por los que suelen competir en los circuitos profesionales”.
Gustavo Dip disfrutó a pleno una experiencia sinigual como es la de vivir desde adentro una competencia olímpica. Lo hizo de la mejor manera, cerca del golf. “Sin dudas, para mí ha sido una experiencia increíble, que voy a aspirar a repetir en 2028 cuando los JJOO se disputen en Los Angeles”.